miércoles, 20 de marzo de 2013

ep1





















The Raveonettes - Wine
Beach House - Irene
The Megaphonic Thrift - Mad Mary
Young Prisms - Better Days
Wild Nothing - Midnight Song
My Bloody Valentine - New You

domingo, 3 de marzo de 2013

Michael Mike

publicada en el Suplemento Radar (Página/12) en octubre de 2012
-
Con la improvisación y la actitud lúdica como principales motores de su música, los Michael Mike vienen desconcertando y asombrando con discos inclasificables que cambian de estilo, de género, hasta de estado de ánimo. Y si Nena o Neno de 2009 los ponía cerca de las canciones destinadas a la pista de baile, la fiesta parece haberse aplacado en el recién salido Música negra, un álbum otoñal y, como siempre, inesperado.


-
Rap, electrónica, pop, rock, folk. En una industria que necesita las etiquetas como el agua para guardar sus productos en un frasco y ponerles un moño, las bandas como Michael Mike son, tal vez, las más incómodas. Desde sus comienzos, los seis integrantes del grupo nunca se quedaron quietos. Distintos proyectos, bandas y ramificaciones los fueron llevando de un lado al otro; un poco arrastrados por el viento y otro tanto por la inquietud y la disconformidad de quedar parados en la misma baldosa. Las rutas de cada uno de ellos se cruzan, superponen y yuxtaponen como en un entramado de subtes.

Desde el nacimiento de la banda (en febrero de 2005, en una sala de ensayo en Saavedra), el camino hasta Música negra, su reciente disco, fue alternando entre distintos estilos, géneros y estados de ánimo. Desde chicos, Tomás Gaggero y Marcos Orellana vienen dándole a todo instrumento que ose ponerse adelante. Compañeros de colegio y hoy casi hermanos, ambos disfrutaban de tocar en los actos e improvisar temas en cualquier lugar donde los dejaran. Ese “juntarse a boludear” lo llevaron –ya sin pedir permiso– a lo largo de sus primeras bandas (Roberto Seguiño y Proyecto Tambor, hoy disueltas) y después a –por orden de aparición– Michael Mike y Onda Vaga, sus dos bandas actuales. Ninguno recuerda el momento exacto del bautismo del grupo, pero rescatan la improvisación y lo lúdico como un constante alimento de Michael Mike: “Siempre fue algo bastante distendido, por momentos demasiado”, dice Tomás. De esa manera surgieron los dos primeros trabajos de la banda. Con la premisa de grabar un disco, se internaron un mes en una quinta y, mientras hacían Ama tu ritmo (editado en 2007), en el cuarto de abajo de la casa bocetaban temas y bases de forma casera en una suerte de sala de juegos. Así quedó Delen! (2006), también titulado “El disco de abajo”, que pasó de ser el lado B de Ama tu ritmo a convertirse en el debut del sexteto.

Sin una estrategia, un plan o una pretensión clara fue también como el sonido de Michael Mike se fue desarrollando. Sus canciones pueden saltar de un folk moderno al mejor estilo Beck hasta un rap a coro à la Beastie Boys, pasando por un rock furioso como el de Los Brujos o un pop cargado y casi ochentoso. “No sé bien qué hacemos –confiesa Marcos–. Canciones con muchos sintetizadores.”

Ese colchón de sintetizadores donde descansa la música de Michael Mike es su rasgo más característico y el punto en común de todo lo que hicieron. Marcos: “Eran los nuevos chiches que veníamos adquiriendo y los queríamos usar”. Nena o Neno (2009) subió la apuesta y las revoluciones hasta la pista de baile de la mano de hits saltarines como “Lo que a vos el amor”, “JTS” o “Edding”, y terminó de consolidarlos como banda gracias a una seguidilla de shows en vivo que se transformaban en verdaderas fiestas. Algunos de esos recitales presentaron la variante de sumar un par de invitados y tocar con su Orquesta de Sintetizadores.

El paso siguiente del sexteto que completan Julián Srabstein (ex integrante de Doris), Jean Deon, Guido Coto y Pedro Lombardi era una incógnita que no parece haberlos preocupado. Así como alguna vez partieron del nombre “Artimañas del rap” para un próximo disco, la corriente los terminó llevando para otro lado. “Estamos acostumbrados a ir al estudio sin nada”, dice Tomás. Con las facilidades y el relajo de usar un estudio propio –MUDT (Música de Toilette)– como aquel cuarto de abajo que fue Delen!, los Michael Mike continuaron por la senda de la espontaneidad sin ponerse detallistas a la hora de dar por terminada una canción: “Si ya está buena, queda así”. Así también fue como el cuarto disco, Música negra, salió de la sala de parto.

El cuarto trabajo de MM baja los decibeles para convertirse en el disco más uniforme de la historia del grupo. Desobedeciendo a las expectativas generadas alrededor del LP anterior, donde el rap y el baile parecía cercano a encorsetarlos, Música negra sigue esquivando los rótulos y ofrece las canciones más “serias” de la banda. Con un reconocido intento por bajar un cambio con respecto a Nena o Neno, acá no es fácil encontrar un clásico. La fiesta, esta vez, parece ir en slow motion; avanzando a un ritmo lánguido y envuelto en un clima más introspectivo, el nuevo disco de Michael Mike suena más ajustado que nunca, pero fiel a la única etiqueta que siempre los distinguió: ninguna.
-
(link)


Luke Jenner (The Rapture)

publicada en losinrocks.com en enero de 2012
-


Parece una fija, las bandas independientes tienen que sortear alguna crisis cuando se acerca el momento de cumplir una década de carrera. The Rapture tocó el cielo con las manos con el hit “House Of The Jelous Lovers” y luego, sello grande mediante, sacaron Pieces Of The People We Love, con el que dieron la vuelta al mundo. Después vinieron las tormentas, de las que Luke Jenner, su cantante, no estuvo exento. Fue padre, perdió a su madre y casi deja el grupo. El conflicto derivó en la salida de Matt Safer (el bajista) y el ahora trío empezó a armar In The Grace Of Your Love, disco que editaron el año pasado y vienen a presentar a Buenos Aires. Antes de llegar al país, el líder de The Rapture levantó el teléfono en un hotel de Colombia para hablar de todo esto.

-

Ya pasaron más de diez años desde empezaron la banda. ¿Qué recuerdos tenés de esos primeros años?
Era muy aterrador para mí, siempre quise ser cantante de una banda. En ese momento estaba en dos distintas: en una me encargaba en los teclados y en la otra solo tocaba la guitarra. Tenía mucho miedo de cantar, no creía ser lo suficientemente bueno. Yo quería cantar, quería escribir canciones y que las cosas fueran de la manera que a mi me parecía mejor hacerlas. No sabía qué podía pasar.
Mi mejor amigo en todo el mundo es Vito Roccoforte, lo conozco desde los nueve años… Más allá de que es un excelente baterista, yo sabía que el siempre iba a bancarme, incluso si lo que yo hiciese fuera un desastre.

Hoy en día parece difícil para muchas bandas mantenerse juntos. Hace poco Matt Safer dejó The Rapture y vos hablás de Vito Roccoforte como tu mejor amigo y con quien armaste The Rapture. ¿Qué implica para una grupo hoy seguir unidos, grabar discos y tocar juntos tantos años?
Creo que lo fundamental es la comunicación. Seguimos juntos cuando nos comunicábamos más y cuando nos comunicamos menos también, pero cuando llega el día en que ya no te comunicás… Y también creo que… (piensa) Matty quería ser el principal, el líder, y esta es mi banda, yo empecé el grupo. El quería ser la persona a la que todos le prestarían atención, y la tuvo. Pero hay que tener claro los roles de cada uno.

Para este último disco volvieron a DFA. Parece que las grandes compañías no son algo muy saludable para la mayoría de los grupos independientes…
Las bandas indies están dentro de una comunidad, si las sacás de ese entorno… se mueren (risas). Un grupo independiente se maneja con el DIY (Do It Yourself), vos venís a mi estudio y yo te ayudo con tus cosas, yo voy al tuyo y vos hacés lo mismo. Es una comunidad, y los grandes sellos no lo son. Es como trabajar en Starbucks o Coca-Cola, son empresas. Pasás de estar tranquilo, sin obligaciones, a estar pendiente del tiempo: de repente te señalan y te dicen “no estás haciendo bien tu trabajo”. ¡¿De qué estás hablando?! ¡¿Qué quiere decir que tengo que cumplir un horario?! ¡Yo no trabajo para vos!



En estos años que pasaron entre Pieces Of The People We Love y In The Grace Of Your Love pasaron muchas cosas en tu vida: te convertiste en padre, perdiste a tu madre y casi dejás la banda. ¿Cómo sentís que eso repercutió en el disco?
Yo estaba viviendo todas mis fantasías adolescentes y pensé que había alcanzado todas mis metas. Sin embargo, eso no me hacía feliz sino todo lo contrario. Cuando era chico crecí en una casa que no era muy agradable, no era una familia ni tampoco un ambiente amoroso. Yo estuve todo el tiempo tratando de demostrarme a mí mismo que era querible. Pensaba que el hecho de estar en una banda, ser el cantante y ser capaz de pararme en un escenario frente a miles de personas, de alguna manera, iba a transformarme en alguien mejor. Pero no funcionó. Tuve que aprender a convertirme en una persona, porque la felicidad no está en la plata ni en esas cosas. Es obvio cuando lo decís en voz alta. Quiero decir, eso también trae felicidad. Es fantástico que a la gente le guste tu música y toques para un montón de gente, pero no es suficiente para una vida. No es algo que te “alimente” por siempre. Necesitaba algo más que eso. Tuve que aprender a ser padre y esposo, cosas que no tenía idea como hacer. Tenía que dejar de lado el dolor de mi infancia… Todavía estoy trabajando en eso, y la cosa está mejorando.
Creo que con este disco quise hacer algo positivo, como una declaración de libertad y disculpas más que ninguna otra cosa. Quería hacer algo que fuera libre, una especie de obra de arte liberadora.

En varias entrevistas decís que el hecho de ser líder de una banda de rock es algo insignificante al lado de ser padre. ¿En algún momento te sentiste “perdido” en ese personaje del rockero?
Si, estuve totalmente perdido y empecé a pensar que todo lo que leía sobre mi era cierto. Me levantaba a la mañana y decía “Soy un estrella de rock. Soy cool” (risas). Ya no lo hago más. Es muy seductor. Ser famoso es increíblemente seductor y, aunque no quieras, empezás a creértela. Cuando estás en un sello grande, a ellos solo les importa la plata. No les importa en absoluto si sos padre, amigo de otras bandas, si estás feliz o deprimido, solo quieren hacer plata. Volver a DFA fue como volver a mi comunidad, al lugar donde nací y donde crecí. Fue como volver a casa.

Ya estuvieron en Buenos Aires hace unos años. ¿Qué te acordás de aquel show y de tu estadía en nuestro país?
Buenos Aires es una linda ciudad, una de las más lindas del mundo. Hemos ido a ciudades como Moscú y el jetlag es terrible… Siempre me gusta ir a Sudamérica. No hay mucha diferencia horaria con San Diego, de donde yo soy. Aparte, al tener familiares mexicanos me siento muy conectado con Latinoamérica. Buenos Aires es muy agradable, casi tengo una sobredosis de carne. Es lo que se hace en tu país, te comés cada parte de la vaca (risas). Lo que me acuerdo fue el momento en el que unas chicas de quince años aparecieron con un cartel que nos habían hecho: decía “We love you” y cada letra era de un color diferente. Cuando estábamos grabando y escribiendo canciones para el disco tenía el cartel pegado en la pared, al lado de mi guitarra.

¿Qué diferencias habrá entre ese show de hace unos años y el que darán esta vez?
No sé… Creo que ahora estamos más felices. Éramos felices aquella vez pero me parece que Matt quería irse hace un tiempo para hacer la suya. Tal vez quería esperar y no se sentía con la fuerza suficiente para llevarlo a cabo en ese momento. El venía a los ensayos y no hablaba con nadie. Le preguntábamos cómo estaba y decía “estoy bien”. En ese momento la banda era menos libre.
Yo lo disfruto ahora más que nunca. Al principio también lo hacía, me apasionaba y lo hacía para probarme a mí mismo, y estaba bien. Ahora no tengo que demostrar nada, ya sobrepasé mis expectativas. Nunca pensé que alguna vez estaría tocando en Buenos Aires. Eso es asombroso. Nunca imaginé que alguien quisiera que vaya a tocar ahí. Estoy súper agradecido por cada día que pasa y cada show, la paso realmente bien.
-
(link)

Gruff Rhys (Super Furry Animals)

publicada en losinrocks.com en marzo de 2012
-


Después de pasear por la Patagonia filmando Separado!, documental que estrenó en el BAFICI 2011, el cantante de los Super Furry Animals toca por primera vez en Buenos Aires para presentar Hotel Shampoo, su último trabajo solista.

-

Hay tipos a los cuales resulta muy difícil seguirles el rastro, ya sea porque sus discos no suelen llegar a las bateas locales o porque no paran de hacer cosas y hay que estar atentos a cada paso que dan. Gruff Rhys da el perfil. Este galés, que ya pasó los cuarenta años, viene haciendo música en su país natal con bandas como Emily (tocaba la batería) o Ffa Coffi Pawb, con quienes editó un disco cuando apenas tenía dieciocho años. Después armó Super Furry Animals y empezó a cantar en inglés. “Mientras crecía, escuchaba pop americano y también punk rock, pero siempre escuché la música tradicional galesa. Cantaba en galés porque es mi primera lengua, para mi es más personal. Pero estoy obsesionado con la cultura pop, así que uso el inglés”, cuenta un relajado Rhys desde su casa.

Así como se complica seguirle el paso, también es difícil encasillarlo musicalmente. Aparte de los Super Furry Animals, con quienes grabó una decena de discos, el hombre supo colaborar con muchos y diversos artistas como Gorillaz, Simian Mobile Disco, Mogwai, Danger Mouse y Boom Bip, con quien hizo un disco bajo el nombre de Neon Neon. En 2005 arrancó una carrera solista que cuenta ya con tres álbumes. Rhys: “Yo escribo canciones. A veces las toco de manera muy despojada, sólo con un instrumento. Cuando toco solo trato de hacer los temas lo más simple posible, grabo muy rápido y no me preocupo tanto por la producción. Con los Super Furry Animals nos tomamos más tiempo en el estudio”.

Entre tanto movimiento, el galés llega para tocar por primera vez en nuestro país, al menos de manera “oficial”. Quienes tuvieron la suerte de ver su película Separado! en el último BAFICI, sabrán que la Argentina no es un lugar nuevo para Gruff (pronúnciese “Griff”). El documental muestra su odisea por la Patagonia buscando a parte de su familia afincada en la zona, especialmente a su tío músico: René Griffiths. Lamentablemente, la visita no incluyó conciertos, a pesar del deseo de Rhys: “No pude arreglar para dar un concierto en Buenos Aires, así que me quedé comprando unos discos y después me fui para el sur”.

El próximo viernes, entonces, será el debut y presentación de su último disco: Hotel Shampoo. “Cuando viajo solo aprovecho para tocar los temas de mis discos, no me parece justo hacer las canciones de los Super Furry sin los otros chicos de la banda”. Un show que promete ser íntimo e imprevisible: “Voy a estar con mi guitarra, algunas máquinas, samplers y un tocadiscos. Me acompañará un soundman que va a mezclar las cosas en el momento. Solo nosotros dos. Nada está planeado de antemano, puedo cambiar el show sobre la marcha. Depende de lo que surja en el momento”.
-
(link)