domingo, 11 de diciembre de 2011

Mariano Esaín (Valle de Muñecas)













Hay oportunidades que están para ser aprovechadas. Este jueves Valle de Muñecas y normA vuelven a compartir escenario para presentar sus últimos discos: La autopista corre del océano hasta el amanecer y A. Mariano Esaín (aka Manza), líder de VDM y gurú de la producción independiente local, habla de la fecha y analiza la actualidad musical argentina antes de pisar el escenario de Niceto.
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Ya sea como integrante o productor de una banda, transitaste dos décadas (90 y 00) de la escena independiente nacional. ¿Qué cambió de una década a otra en cuanto a las posibilidades de un grupo de grabar, tocar y mostrar sus canciones?
Digamos que vi todo el proceso en el cual se acortó la distancia entre los demos y los discos. Cuando empecé a tocar era difícil acceder a grabar en un gran estudio (¡todos los estudios eran grandes estudios!) sin el apoyo de una compañía. La portaestudio te permitía grabar en baja calidad tus canciones, y de a poco uno iba perfeccionándose en eso. Surgió una estética de eso, algo impensado años atrás. Sebadoh o Guided by Voices afuera, Los Suarez acá hicieron grandes discos que demostraban que la emoción y la perfección técnica no iban necesariamente de la mano. La computadora reemplazó a la portaestudio y surgieron estudios más chicos. Hubo un período intermedio en el cual esas grabaciones no tenían ni la calidad de los estudios ni la textura querible de la porta. Pero de a poco se va aprendiendo. Hay una manera de hacer las cosas que se está perdiendo y es una pena (la grabación en los grandes estudios), pero hay otra que pertenece a estos tiempos y de a poco está generando grandes discos. Hay que lograr que coexistan ambas. Hoy cualquiera puede tocar, grabar y mostrar lo que hace. Hay mucho. Mucha basura, pero también muchos buenos discos. Hablando de este país, hace 15 o 20 años había bandas que daban shows increíbles y no lograban reflejar eso en los discos. Hoy hay discos muy buenos pero el vivo no siempre garpa porque las condiciones para tocar son más difíciles y los grupos tienen menos rodaje. Nuevas herramientas generan nuevas estéticas.


Hoy parece complicado lograr la atención de alguien para escuchar un disco entero. Sea por internet o por la radio, la gente se va acostumbrando a la escucha online y las canciones sueltas en el reproductor de mp3. ¿Qué sentido tiene para vos seguir editando físicamente los discos?
Uno sabe eso, pero al mismo tiempo muchos músicos seguimos pensando la obra como discos. Un disco es un conjunto de canciones, que comparten un concepto estético o que representan un momento de la banda o solista. Después, si se hace objeto físico o no, no importa, sigue siendo un disco, al menos por ahora. Es una transición hacia algo que aún no está claro, pero para los que amamos la música, el objeto (sea CD o vinilo) sigue teniendo un valor sentimental agregado, por más que deje de ser masivo o comercial. Y de todos modos, antes el común de la gente solo escuchaba uno o dos singles.

¿Cómo fue el proceso de La autopista corre del océano hasta el amanecer? ¿Hace cuánto que venían gestando el disco?
Fue largo pero placentero, diferente a los anteriores, incluso hubo un cambio de guitarrista que estiró todo más aún. En vez de registrar en el estudio algo ensayado en la sala, fuimos armando las canciones en el estudio, durante la grabación, testeándolas en la sala paralelamente. Llegamos a un resultado diferente al de siempre, y estamos súper contentos con como quedó.

Es la segunda vez en poco tiempo que comparten fecha con normA, ¿cómo va a ser el recital este jueves? ¿Habrá sorpresas? ¿Invitados?
NormA es una banda que nos gusta mucho, yo particularmente trabajé mucho con ellos, mezclando sus tres discos y grabando uno de ellos. Así que es un placer compartir fechas. Lo pasamos bien juntos y disfrutamos el show del otro. La sorpresa va a ser ver a las dos bandas en un escenario que les hace justicia.

Después de tanto tiempo de subirte a un escenario, ¿todavía te ponés nervioso antes de tocar? ¿Existe alguna cábala en Valle de Muñecas antes de subir al escenario? ¿Alguna tuya personal?
Un poco sí, no sé si nervioso. Ansioso es la palabra, ¡estoy contracturado desde que me levanto, todos los shows de mi vida! Respecto de si hay cábalas de la banda o mías, como diría el cabulero más conocido de este país: ¡no comments!
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Valle De Muñecas. En vivo junto a normA el jueves 10 a las 21 en Niceto Club, Niceto Vega 5510.
Anticipadas $30 en la boletería de Niceto o por Ticketek.


*Nota publicada en Los Inrockuptibles

Echo & The Bunnymen "The Killing Moon" (1984)

















Nos mareamos un poco con tantas visitas internacionales y las bandas que vuelven y vuelven a nuestro país. Si la memoria no nos falla, apenas alcanzan los dedos de una mano para contar las veces que la banda de Liverpool visitó nuestro país en sus más de treinta años de carrera. Injustamente ignorados en este nuevo siglo (al menos en Argentina), la banda de Ian McCulloch inspiró a un enorme grupo de bandas actuales (o, mejor dicho, de la década pasada) que agitaron la bandera del post-punk.
Echo & The Bunnymen tuvo, como casi toda banda longeva, sus idas y venidas: cambios de formación, tragedias, separaciones y reuniones. Antes de que McCulloch haga su intento solista (allá por 1988), la banda la pegó en serio cuatro años antes, cuando editaron Ocean Rain. Dentro del mismo estaba “The Killing Moon”, tal vez su tema más recordado.

Cuenta la leyenda que su cantante una mañana se levantó con la frase “fate up againt a whale” en la cabeza. La ocurrencia quedó anotada hasta que fue rescatada para formar parte de la canción. Entonces la ballena le dejó su lugar a “your will” para sonar más profunda y menos lisérgica. “El destino en contra de tu voluntad” y toda esa melancolía del piano sutil, el bajo punzante y una de las mejores voces que dieron los años ochenta ya tiene su lugarcito en la historia de la música y en el de los corazones de todo sentimental introspectivo que guste vestirse de negro.
Richard Kelly usó esta canción en su obra maestra Donnie Darko, dándole una significación nueva y una actualidad que la canción nunca perdió en todos estos años. Eso que algunos llamamos clásicos.

*Nota publicada en Los Inrockuptibles

Los Hermanos McKenzie



Los Hermanos McKenzie ya tienen listo su disco Siamés y lo presentan todos los jueves de octubre en Matienzo. Cecilia Czornogas, actriz y cantante de la banda, habla sobre las nuevas canciones y cómo se están preparando para los shows.
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Aparte de la banda, venís trabajando hace tiempo como actriz (actualmente participa de la obra “En el campo”, dirigida por Cristian Drut). ¿En qué te facilita la actuación a la hora de hacer canciones y subirte a un escenario para cantarlas?
Supongo que a la hora de hacer canciones inevitablemente algo de mi forma de ver las cosas como actriz se debe colar, inconscientemente tal vez.
Muchas de las historias, anécdotas o sensaciones que contamos con los McKenzie son autorreferenciales, pero no necesariamente son experiencias personales, sino situaciones que fantaseamos.
Por otro lado, concretamente, no todas las letras de nuestras canciones son mías-por lo que tengo que interpretar lo que mi hermano escribió y poder apropiármelo, ahí también pienso que se pone en juego mi experiencia como actriz.
Por último, es casi una obviedad, pero también el hecho de dedicarme a la actuación, me ayuda a sentirme un poco más “cómoda” arriba del escenario; si bien son experiencias muy distintas: hacer un personaje y cantar nuestras canciones- hay algo en el estar que es muy parecido en ambas situaciones.
2- Este jueves empiezan un ciclo de conciertos en Matienzo donde van a presentar el disco nuevo. ¿Cómo preparan esos shows? ¿Qué diferencias hay entre el sonido de la banda en un estudio y cuando tocan en vivo?
Creemos que el vivo tiene una energía y contagia de otra forma que el disco, en donde se destaca más el trabajo sonoro y la riqueza en la instrumentación- pero el vivo es mucho más caliente.
Quiero decir, no nos planteamos reproducir tal cual el disco con las presentaciones, sino compartir con el público las canciones en formato un poco más reducido. Para el ciclo en Matienzo estamos preparando un set más eléctrico y otro más acústico, que alternaremos a lo largo del mes.
3- Hay un halo de melancolía en las letras de las canciones y mucha sutileza a la hora de la instrumentación de cada una. ¿Cómo es el proceso de armado de cada tema?
Cada canción surgió de una manera diferente, varias son composiciones de mi hermano Nacho, otras tantas las hemos trabajado juntos o tal vez el viene con unos acordes y una idea y los dos terminamos de darle forma, o yo aporto las letras y también hay alguna canción solo mía. La mayoría de los arreglos surgieron cuando estábamos grabando las maquetas, fue un trabajo muy meticuloso, principalmente Nacho y Marina armaron las partes de los vientos….. y todo se terminó de cerrar en la sala (el living de casa), un par de semanas antes de entrar al estudio. 4- Para este disco, se fueron al campo a trabajar en los temas y después grabaron con Juan Stewart en el Estudio El Árbol. ¿Qué importancia le dan al entorno o al “clima” donde le dan forma a los temas? ¿Qué le aportó Juan al sonido final del disco? El entorno es muy importante, ayuda a estar tranquilos y focalizados en la música. El haber comenzado este proceso en el campo se nota mucho en el disco, ese tiempo las únicas preocupaciones que teníamos eran la música y cual iba a ser la próxima comida, ja. Acá estamos todos con mil cosas; hasta se complica coordinar horarios para ensayar. ¿Qué aportó Juan? El es un genio, por sobre todo una gran persona, es muy dedicado y talentoso. Trabajar con él fue fundamental, nos sentíamos como en nuestra casa. Se involucró con el proyecto de una manera muy linda, respetando y potenciando lo que traíamos; aportando el criterio y la objetividad que tiene una mirada externa.
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Los Hermanos McKenzie presentan Siamés, todos los jueves de octubre a las 22 en Club Cultural Matienzo, Matienzo 2424. Entrada $15.
Invitados especiales
6/10 Warning with the snake
13/10 Los Carlinga
20/10 Lu Martinez
27/10 Los palos borrachos
> se puede escuchar completo el disco.
*Nota publicada en Los Inrockuptibles

Top 5. Bailando en pareja



Los BombayBicycle Club no paran de sacar discos, a ritmo de uno por año. Luego deléxito de I Had the Blues But I Shook ThemLoose (09), cuando eran apenas unos adolescentes recién salidos delcolegio, el cuarteto londinense editó Flaws(10), que bajaba las revoluciones en clave acústica. A fines de agosto sacaronsu sucesor, A Different Kind of Fix.Luego de adelantarlo con el video de “Shuffle”, un hit gracias a esa base deteclados, sacaron “Lights Out, WordsGone” y confirman el tacto de su líder Jack Steadman para armar cancionesredondas. Su correlato en imágenes muestra a un tierno grupo de parejas latinasbailando a gusto en un patio colonial.

Con la premisa de ver parejas bailando,armamos esta selección de video clips con un dúo o más surcando una pista debaile o cualquier superficie que permite moverse al ritmo de una canción.
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1) RichardHawley “Baby You're My Light”
El primer disco de Hawley, ex guitarristade Pulp, anticipó la intachable carrera del músico de labio liporino. LateNight Final (02) incluía este simpático video de una de las más finas baladasde la década 00. Entrañables parejas de ancianos que bailan esta canción deamor de calesita. Dulce es poco.

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2) Weezer“Buddy Holly”
Un doble homenaje de la banda de RiversCuomo, tanto al legendario cantante del título del tema como a la serie HappyDays de los años 70. Filmado en un solo día y dirigido por Spike Jonze, elcuarteto forma parte del programa de televisión tocando la canción en el Arnold'sDrive-In. Rock & Roll clásico, escotes en V, mucha gomina y chicas convinchas para ilustrar un clásico (o varios).

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3) DavidBowie “Never Let Me Down”
Tal vez la época menos valorada del DuqueBlanco, el tema que le da nombre al disco de 1987 rebalsa de melancolía en esteconcurso de baile en tonos sepia. Cada uno con su número, las parejas se muevenhasta caer fundidos en este improvisado salón de baile en un estadio techado.Lo importante es competir porque después de todo, y como dirían los CaféTacuba, el amor es bailar.

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4) MajorLazer "Pon De Floor"
En el siglo XXI la concepción del término“bailar” podría remitirse simplemente al hecho de dos personas moviéndose (sindobles sentidos). Diplo y Switch son los nombres detrás de este proyecto quemezcla reggaetón, dancehall y otras yerbas. Este video lisérgico con bastanteposproducción detrás, muestra a varias parejas “perreando” en una casa queestalla de colorida. Una auténtica fiesta.

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5) JohnTravolta x 3
Sería injusto hablar solamente de lamítica escena de Pulp Fiction en la que Mia Wallace y Vincent Vega se roban porafano el concurso de baile. Está bien, temporalmente nos queda más cerca peroal morocho Tarantino lo resucitó porque había participado de dos clásicos dedécadas pasadas como Saturday Night Fever (1977) y Grease (1978).
* Nota publicada en Los Inrockuptibles

lunes, 5 de diciembre de 2011

En el camino

















Parece ser una constante en estos tiempos. Ya sea por proyectos paralelos, cansancio acumulado o las típicas peleas internas, algunas bandas no sobreviven a la pérdida de un miembro original, mucho menos si se trata de un trío. Black Rebel Motorcycle Club tuvo su propia tormenta cuando Nick Jago, el baterista original, dejó el grupo. Su lugar lo tomó Leah Shapiro y con ella hicieron Beat The Devil’s Tattoo (2010), el disco que vienen a presentar. Antes de la tercera visita de BRMC a nuestro país, Robert Levon Been habló de esas turbulencias y los trece años de un grupo que sigue en la ruta
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Ya pasaron diez años desde su primer disco. ¿Cómo ves esas primeras épocas de la banda hoy?
Es como un álbum familiar: un montón de fotos que, en vez de mirarlas, las estás escuchando. Me trae muchos recuerdos y es un poco extraño también. Cada disco es así: el primero, el segundo… son como capítulos de nuestras vidas.
Tocan con Peter (Hayes) hace un montón de tiempo, el es como tu familia.
Si, de hecho, hace unos días fue nuestro aniversario número trece, de cuando tocamos por primera vez. Ya pasaron trece años, es una locura.
¿Y cómo lo festejaron?
 Zapamos un poco en la noche de Halloween, éramos veinte en mi casa. Enchufamos todos los equipos en el living y sentimos lo mismo que cuando empezamos. Nos entusiasmamos tanto que terminamos tocando por horas. Varios niños tocaban la puerta pidiendo caramelos, pensaban que estábamos haciendo una fiesta por Halloween. La elección era caramelos o rock and roll. (risas)  
Hablando de familia, cambiaron de baterista. ¿Cómo fue que Leah Shapiro se convirtió en un miembro más de Black Rebel Motorcycle Club?
Tomó un poco de tiempo, somos un poco sentimentales. Nick era un hermano para nosotros y lo queremos mucho, empezamos un largo camino juntos… Tuvimos que ajustarnos musicalmente con Leah y ver quiénes somos, también como personas, juntos. Ahora, ella es una parte muy importante de la banda. Es como mi hermana menor y uno de los mejores músicos con los que haya tocado. Empujó a la banda a un nivel al que siempre habíamos soñado llegar, somos muy afortunados de tener una nueva chance, no muchas bandas tienen la oportunidad.
¿La conocían hace mucho tiempo?
En la época que estábamos haciendo Baby 81, en una gira por los Estados Unidos, ella estaba tocando la batería en una banda que se llama Dead Combo: dos amigos nuestros que suelen tocar en vivo con una batería electrónica, son una banda muy buena. Ella apareció un día con ellos porque estaban probando cosas y querían tener a un verdadero baterista tocando. Fue realmente increíble, te volaban la cabeza. Verla tocar era realmente cautivante: una combinación de energía y concentración que nunca había visto en un baterista, menos en una baterista mujer. Es un instrumento tan físico, uno no suele ver eso muy seguido. Nos encantó su performance y cuando terminamos de tocar con Nick, ella era la única persona en la que pensamos, no teníamos ningún plan B o C… o D. Era ella. Para ser honesto, al principio, cuando Leah todavía no estaba decidida a unirse, pudo haber sido el fin de la banda. No teníamos el ánimo para probar músicos adecuadamente, hacer audiciones y todo eso, estábamos bastante tristes en ese momento.
Ya estuvieron un par de veces en Argentina, tocaron en un festival y en un concierto más íntimo. ¿Qué te acordás de esos shows y tus anteriores visitas a nuestro país?
Es distinto tocar en Sudamérica y especialmente en Argentina. Hay mucha más pasión por el rock que en otras partes del mundo: hay mucho sentimiento, corazón y emoción. Nosotros tratamos de dar mucho desde el escenario pero no siempre obtenemos algo a cambio. La de ustedes es una cultura de fiesta que involucra mucha pasión en lo que tiene que ver con la comunidad, la cultura, la política, los partidos de fútbol, el rock, lo que sea. Hay una unidad y un espíritu que el resto del mundo no tiene. Es uno de los mejores lugares del mundo para tocar. Y no lo estoy diciendo porque estoy hablando con ustedes (risas). Mucha gente de muchas partes del mundo lo dice, tengo que darles crédito por eso. Está bueno que podamos volver allá. He paseado bastante en Buenos Aires. Salimos mucho a tomar unos tragos, a cenar afuera. Probamos fantásticas carnes y vinos, la comida allá es increíble. Fui un tiempo por mi cuenta de vacaciones, el verano pasado, para escapar un poco de Los Ángeles. Me gustó estar allá sin tener que tocar. Una hermosa ciudad.
¿Y qué te gusta hacer en tu tiempo libre cuando no estás de gira o trabajando en tu música?
Normalmente me gusta saltar desde lugares altos. Hago cosas como sky diving o bungee jumping, situaciones donde la adrenalina llama.
Tal vez buscando reemplazar la energía de un recital…
 Si, que no se corte. (risas) Nos gusta viajar, incluso cuando no estamos tocando. Fuimos a Camboya el mes pasado y anduvimos en moto por la selva, sólo por diversión. En realidad, no andábamos en moto cuando empezamos la banda ni le pusimos así a la banda porque fuera lo que estábamos haciendo en ese momento, simplemente pensamos que sonaba bien. No éramos tan viajeros cuando arrancamos, nos hicimos adictos estando en la ruta. Agarrar una moto en un área del mundo donde nunca habías estado o un lugar que nunca habías visto antes es una de las cosas más divertidas del mundo, lo mejor que he hecho aparte de tocar. Podés sentirlo mejor de esa manera antes que subirte a un auto. Cuatro ruedas mueven el cuerpo, dos ruedas mueven el alma.
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Black Rebel Motorcycle Club. En vivo el martes 8 y el miércoles 9 a las 21 en Niceto Club, Niceto Vega 5510. * Nota publicada en Los Inrockuptibles